«El Caballero de Olmedo»: el estreno absoluto que presenta el Teatro de la Zarzuela
Los repartos para El Caballero de Olmedo estarán integrados por Joel Prieto, Rocío Pérez, Germán Olvera, Nicola Beller Carbone, Berna Perles, Gerardo Bullón, Rubén Amoretti, Juan de Dios Mateos, Alba Chantar y Ramiro Maturana en los roles principales. La escenografía está firmada por Daniel Bianco, el vestuario por Franca Squarciapino, la iluminación es de Pascal Merat, la coreografía de Nuria Castejón, la videoescena de Franc Aleu y la esgrima corre a cargo de Jesús Esperanza.
Con el comienzo de la temporada 2023/2024 el Teatro de la Zarzuela se apunta un nuevo hito: ofrecerá en su escenario el tercer estreno absoluto de una obra lírica en menos de un año, encargos todos ellos del propio Teatro a compositores de muy distintas trayectorias; tras Policías y ladrones de Tomás Marco y Trato de favor de Lucas Vidal, ahora es el turno de la ópera El caballero de Olmedo de Arturo Díez Boscovich.
Una composición que cuenta, además, con un libretista de excepción, ese dramaturgo de dramaturgos que fue, que es, el prodigioso Lope de Vega, cuya poesía, a lo largo de los tres últimos siglos, ha estado presente en zarzuelas tan diversas como Doña Francisquita (1923), La villana (1927) o La rosa del azafrán (1930), de las que la primera y la última se podrán ver también en la temporada que ahora comienza.
El coliseo madrileño no ha dudado en rodearse para la ocasión de algunos de los nombres más destacados de nuestro teatro, de nuestra música y más allá. Así, a la dirección musical del Maestro Guillermo García Calvo, que ocupará el foso al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro), se une el magisterio de Lluís Pasqual, ese hombre que vive y sueña teatro, que siempre lo hizo, que siempre lo hará, y que en esta ocasión, además de idear la escena, se ha encargado de realizar la necesaria adaptación del texto. Entre el 6 y el 15 de octubre se ofrecerán seis funciones.
Para Lluís Pasqual, esta de Lope de Vega es una obra magistral, que considera «la cumbre de la literatura teatral y poética del Siglo de Oro; y es, por tanto, la metáfora sobre el amor y sobre algo tan terrible que es la envidia». Porque para Pasqual El caballero de Olmedo es en realidad la historia más bella de nuestra lírica «sobre el amor y el dolor de su ausencia», «sobre la intolerancia».
En esta propuesta escénica el director cuenta con la minimalista y efectiva escenografía de Daniel Bianco, el hermoso vestuario de Franca Squarciapino, la envolvente iluminación de Pascal Mérat, la eficaz coreografía de Nuria Castejón, la poética videoescena de Franc Aleu y el eficiente trabajo de esgrima de Jesús Esperanza.
Serán, además, dos repartos los que canten los tres roles principales de la ópera, integrados por los tenores Joel Prieto y Juan de Dios Mateos, las sopranos Rocío Pérez y Alba Chantar, los barítonos Germán Olvera y Ramiro Maturana, las sopranos Nicola Beller Carbone y Berna Perles, el barítono Gerardo Bullón y el bajo Rubén Amoretti.
Los acompañará el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela, así como dieciséis bailarines-actores.
La imagen sonora cobra vida
Según Arturo Díez Boscovich, «para un creador es una inmensa alegría ver cómo se hace realidad todo lo que ha ido gestando durante mucho tiempo; la imagen sonora que ha ido componiendo a solas en su estudio cobra vida hoy y ocupa un espacio sonoro y escénico; esto es algo que resulta glorioso para mí».
Además, oportunamente señala que «el espectador se encontrará con una historia absolutamente elegante, misteriosa, maravillosa, llena de amor, de celos, de todos los sentimientos que nos hacen humanos y que todos compartimos». Y destaca, cómo no, «el lujo de tener la oportunidad de ponerle música a la gran obra de Lope de Vega con una inteligente adaptación de Lluís Pasqual». Está convencido de que «en esta ocasión el amor y la música saldrán a raudales del Teatro de la Zarzuela».
Por su parte, Guillermo García Calvo, director musical de este estreno, se muestra «muy ilusionado en contribuir a lo que es la nueva creación musical mirando hacia el futuro con esta hermosa ópera». Comenta que la partitura de El caballero de Olmedo de Arturo Díez Boscovich «ha sido un precioso descubrimiento por su escritura orquestal tan apasionada, elaborada sintetizando lo mejor de la tradición de compositores de bandas sonoras que emigraron de Centroeuropa a Hollywood, como Erich Korngold y Miklós Rózsa, con un enorme conocimiento de la escritura vocal».
El director de orquesta incide además en que «la música no es un mero acompañamiento a los versos de Lope de Vega sino que nos transmite las emociones de los personajes, completa todo lo que no dicen las palabras del texto de una manera envolvente, casi hipnótica, con el personalísimo sello de Díez Boscovich en el uso de las armonías, las modulaciones y la instrumentación, que hacen de la obra un inmenso poema sinfónico con canto».
Fertilidad inagotable
En esta ocasión, como en tantas otras, el Teatro de la Zarzuela asume voluntariamente la función de centro de creación desde el que se actualiza y difunde la inagotable fertilidad de nuestro patrimonio lírico. Sin este espacio teatral, difícilmente podemos comprender la lírica contemporánea española de los últimos siglos.
Como señala la musicóloga Carmen Noheda en sus notas Una quimera de envidia, viento y sombra incluidas en el programa-libro de este El caballero de Olmedo, y cuya conferencia puede seguirse en el canal de YouTube del Teatro, «ahora hemos querido unir una de las cumbres del Siglo de Oro español con nuestra manera de cantarlo y de contarlo, que es nuestro género, que es la ópera española». Porque convertir un clásico del Siglo de Oro español en una ópera exige una perspectiva y planteamiento a la altura de las circunstancias para fomentar y enriquecer un teatro patrimonial, sostiene la experta.