El Teatro Real estrena en España «Mitridate, re di Ponto» (Mozart), con funciones entre el 23 de marzo y 9 de abril

Entre el 23 de marzo y el 9 de abril se ofrecerán diez funciones de Mitridate, re di Ponto, en una nueva producción que se estrenará en el Teatro Real y se presentará posteriormente en los teatros coproductores: Ópera de Frankfurt y Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La puesta en escena de Claus Guth —inspirada en la famosa serie de televisión Succession— articula el drama realista de un hombre poderoso y despótico traicionado por sus hijos y los ecos de sus actos en el consciente e inconsciente de los protagonistas, tratados de manera onírica con el trasfondo edípico de la tragedia de Jean Racine, de la que parte la ópera. Ivor Bolton estará al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real y de un doble reparto con Juan Francisco Gatell y Siyabonga Maqungo (Mitridate); Sara Blanch y Ruth Iniesta (Aspasia); Elsa Dreisig y Vanessa Goikoetxea (Sifare); Franco Fagioli y Tim Mead (Farnace); Marina Monzó y Sabina Puértolas (Ismene); Juan Sancho y Jorge Franco (Marzio) y Franko Klisovic (Arbate).
El Teatro Real presentará entre el 23 de marzo y el 9 de abril diez funciones de Mitridate, re di Ponto, de Wolfgang Amadeus Mozart, en una nueva producción que se estrenará en el Teatro Real y se presentará posteriormente en los teatros coproductores: Ópera de Frankfurt y Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La ópera, que se presentó por primera vez en el Real, en versión de concierto, en 2005, -con Les musiciens du Louvre, bajo la dirección de Marc Minkowski- vuelve ahora, 20 años después, con una producción escenificada que hace justicia a la partitura, obra de un adolescente pero, sobre todo, de un genio.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) compuso Mitridate, re di Ponto con apenas 14 años, en Milán, a partir de un libreto en italiano -idioma que no dominaba- sobre un drama histórico de Jean Racine (1639-1699) y ante el desprecio y sarcasmo iniciales de algunos de los cantantes y músicos que no podían creer que un adolescente austríaco pudiera entender los artificios del texto poético y la complejidad de la escritura vocal operística.

Claus Guth (director de escena), contratenor Franco Fagioli (Farnace), José Ruiz (actor). Foto: Javier del Real.
La ópera, estrenada en 1770 -diez días después del nacimiento de Beethoven-, deslumbró a sus intérpretes y al público, que agotó el aforo en las 21 funciones en el Teatro Regio Ducal de Milán. Con la madurez, inspiración, hondura y belleza de algunas de sus arias, Mozart deja de ser el simpático niño prodigio exhibido por toda Europa para convertirse en un creador único con una “doble personalidad” -la artística, inconmensurable, y la personal, desconcertante- que mantuvo ostensiblemente a lo largo de su vida y que sigue siendo un misterio para todos los estudiosos de su obra.

Ignacio García-Belenguer (director general), Marina Monzó (soprano), Sara Blanch (soprano), Juan Francisco Gatell (tenor), Franco Fagioli (contratenor), Elsa Dreisig (soprano), Claus Guth (director de escena) y Joan Matabosch (director artístico del Teatro Real). Foto: Javier del Real.
La propuesta escénica de Claus Guth -inspirada en la famosa serie de televisión Succession– plantea precisamente la articulación de estos dos mundos: el drama casi realista de Mitridate, hombre poderoso y despótico traicionado por sus hijos, rivales entre sí y los ecos de sus actos en el consciente e inconsciente de los protagonistas, tratados de manera onírica con el trasfondo edípico de la obra: dos hermanos que disputan el poder del padre y el amor de la futura madrastra.
La tragedia de Racine, escrita cien años antes del libreto, transcurre en Ninfea, reino de Ponto, en el siglo I aC., cuando el rey Mitridate IV es derrotado por los romanos. Claus Guth traslada la trama a los años 60-70 del pasado siglo -con escenografía de Christian Schmidt, vestuario de Ursula Kudrna e iluminación de Olaf Winter– articulando escenas realistas en espacios domésticos con otras más metafóricas y abstractas, en las que doce bailarines evocan los fantasmas, miedos, pasiones, angustias y sueños de los personajes.
Mitridate, re de Ponto se inscribe en los dictámenes de la llamada opera seria del siglo XVIII, con una sucesión de recitativos y arias da capo, cuya escritura se adaptaba a las características de cada cantante para que pudiera lucir sus dotes vocales. Pese a las limitaciones estilísticas y formales del género, en la partitura aflora la belleza y riqueza del melodismo tan característico de Mozart, así como momentos de hondura, transcendencia y fuerza dramática inconcebibles para la idiosincrasia del jovenzuelo juguetón y travieso que conocemos a través de la profusa colección epistolar que nos dejó.

Juan Francisco Gatell (tenor), Marina Monzó (soprano), Claus Guth (director de escena), Sara Blanch (soprano), Elsa Dreisig (soprano) y Franco Fagioli (contratenor). Foto: Javier del Real.
Esta obra, que se estrenó con gran éxito con una orquesta de 56 músicos, inusitada para la época, y con el propio Mozart al clave y dirigiendo las primeras representaciones, llegará al Real con un doble elenco de magníficos cantantes, capaces de interpretar con fluidez y rigor las endiabladas arias de la ópera: Juan Francisco Gatell y Siyabonga Maqungo (Mitridate), Sara Blanch y Ruth Iniesta (Aspasia), Elsa Dreisig y Vanessa Goikoetxea (Sifare), Franco Fagioli y Tim Mead (Farnace), Marina Monzó y Sabina Puértolas (Ismene) y Juan Sancho y Jorge Franco (Marzio) y Franko Klisovic (Arbate).

Juan Francisco Gatell (Mitridate), Claus Guth (director de escena), soprano Sara Blanch (Aspasia). Foto: Javier del Real.
Ivor Bolton que dirigirá su sexto título mozartiano al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real después del éxito de Die Zauberflöte (2016 y 2020), Lucio Silla (2017), Idomeneo (2019), Don Giovanni, (2021) y Le nozze di Figaro (2022)- reivindicará el valor de esta obra como germen del extraordinario talento de Mozart como uno de los más grandes compositores de ópera de todos los tiempos.