Opera Beyond: El lugar sin límites de la ópera
Nació como una iniciativa de la Ópera y Ballet Nacional de Finlandia para explorar los cruces entre las artes y la innovación tecnológica y ya cuenta con interesantes frutos: nuevas experiencias artísticas como Laila, un proyecto que funde inteligencia artificial con técnicas de co-creación; la plataforma XR Stage, que permite mejorar procesos y flujos de trabajo del teatro; y un espectáculo inmersivo de ópera, CircOpera 2.0, que por primera vez cuenta con un avatar virtual en escena. Opera Beyond, el proyecto liderado por Lilli Paasikivi y Annastina Hapaasaari, es –según ellas– una huella que la nueva generación deja para mantener la ópera y el ballet vivos.
Por M. Angélica Navarro O. y Álvaro Molina R.
—Hola, Laila te da su voz.
En pleno Helsinski, en la casa de ópera inaugurada en 1993 y que tomó la posta de una tradición lírica que data de fines del siglo XIX, se estrenó Laila, la primera experiencia inmersiva diseñada por la Ópera y Ballet Nacional de Finlandia. Se trata de un espectáculo creado al alero de Opera Beyond –proyecto que busca investigar y hacer cruces creativos entre las artes escénicas y la tecnología– que se diseñó en plena pandemia y debutó en agosto de 2020.
Es la propia Laila la que invita a los asistentes a entrar en la cúpula donde ocurre esta experiencia sonora, visual e interactiva. En el interior, los públicos son parte del espacio escénico y, gracias a la inteligencia artificial, pueden tomar decisiones y crear su propia manera de vivir Laila. “Creamos un universo dentro del cual las cosas pueden suceder únicamente para ti”, explica Esa-Pekka Salonen, compositor de esta obra que también propone una reflexión sobre la relación entre la humanidad y la inteligencia artificial.
Laila fue, de cierta forma, una antesala de la irrupción de la inteligencia artificial no sólo en las artes sino en la vida cotidiana de las personas, una realidad que en pleno 2023 ha encendido un intenso debate, entre otras, en las comunidades creativas. El crecimiento de la inteligencia artificial en las artes –obras generadas por plataformas como Midjourney o DALL-E, hologramas que reviven a músicos de antaño o escenografías creadas en un modelo generativo a partir de una simple descripción, por ejemplo– ha subido al escenario de un debate mundial sobre las limitaciones éticas en el uso de las plataformas generativas y ha sacudido los consensos en cuanto a las definiciones de lo que es arte o no.
Algunos acusan que va en contra del espíritu artístico o que es una manera de “empobrecer” la creatividad humana. Otros, incluso, piensan que son los primeros pasos de la tecnología como una entidad que reemplazará el trabajo de artistas. La inteligencia artificial, el metaverso y la creciente digitalización en la cultura también son, según otras voces, elementos en una caja de herramientas para encontrar espacios de innovación y llevar las artes tradicionales a lugares de experimentación ilimitada.
Así lo creen en Opera Beyond, que luego de Laila ha desarrollado nuevos proyectos que vinculan el quehacer teatral con las nuevas tecnologías. “Las invenciones tecnológicas han contribuido y siguen contribuyendo a las nuevas tendencias estéticas, pero cada vez hay más opciones en la paleta hoy en día”, dice Annastina Hapaasaari, una de las creadoras de Opera Beyond junto a Lilli Paasikivi, mezzosoprano y actual directora artística de la Ópera Nacional de Finlandia.
¿Por qué la Ópera y Ballet Nacional de Finlandia decidió promover Opera Beyond y crear experiencias inmersivas o virtuales?
LILLI: Para mantener la ópera y el ballet vivos, debemos permitir que cada generación deje su propia huella en el canon artístico. Necesitan que se les dé la oportunidad de crear nuevas obras e interpretar las antiguas, tanto temáticamente, reflejando las preguntas que son relevantes para ellos, como en términos de la forma y los medios que encuentran interesantes. Las nuevas tecnologías son herramientas que están fuertemente ligadas a nuestro tiempo. Para cualquier forma de arte, las tecnologías inmersivas disponibles hoy en día permiten una experimentación novedosa y emocionante.
Además de permitir el cruce entre disciplinas, experimentar y llevar la tecnología a la producción de artes escénicas, ¿qué otros propósitos pueden tener proyectos como los de Opera Beyond para un teatro?
LILLI: Con la iniciativa Opera Beyond queremos, ante todo, crear nuevos tipos de experiencias de audiencia que enriquezcan nuestro programa habitual. En 2020 terminamos la primera instalación inmersiva, Laila, y en noviembre se estrenó CircOpera 2.0, una actuación escénica que se enriqueció con efectos especiales.
También hemos utilizado nuevas tecnologías entre bastidores, como XR Stage, nuestra plataforma de visualización de escenarios que utiliza realidad virtual, motores de juegos y modelado 3D para hacer que nuestros flujos de trabajo sean más flexibles, eficientes y sostenibles.
El proyecto nos ha brindado oportunidades para trabajar con algunas compañías tecnológicas realmente fascinantes, desde startups finlandesas como el estudio 3D ZOAN y el productor de hardware XR Varjo, hasta Genelec y los prestigiosos Nokia Bell Labs. No creo que alguna vez nos hubiéramos encontrado trabajando con esas compañías en esa profundidad si no fuera por este proyecto.
Cuando haces algo especial y multidisciplinario que te hace destacar entre la multitud, a menudo también hay nuevas puertas u oportunidades que puedes abrir. Hemos descubierto que hay nuevas oportunidades de financiamiento para este tipo de proyectos, desde subvenciones específicas hasta patrocinios tecnológicos o incluso donaciones privadas.
El proyecto ha despertado mucho interés no solo en el público, sino también en los medios de comunicación y en nuestros colegas, por lo que hemos ganado visibilidad y de esa manera creo que también hemos logrado pulir nuestra marca.
Además, cuando se trabaja con estas tecnologías, a menudo se crean sinergias adicionales o subproductos, y se crea aprendizaje dentro de la organización. Por ejemplo, ahora que tenemos un gemelo digital de nuestro escenario, como un modelo 3D en un motor de juego, podemos usarlo de múltiples maneras. No solo en los procesos de escenografía, sino también en las demostraciones de seguridad, en la venta de entradas y, por qué no, como base para nuestro teatro de ópera virtual en el metaverso, si eso es algo que vendrá tan fuertemente como algunas personas predicen.
Encuentros cercanos con la ópera
2020 fue el año en que el primer proyecto inmersivo de Opera Beyond subió a escena. Se trató de Laila, una ópera de cámara interactiva creada por el compositor y director Esa-Pekka Salonen, la dramaturga Paula Vesala, el diseñador de sonido Tuomas Norvio y Ekho Collective para la Ópera Nacional de Finlandia, en la que los espectadores son invitados a formar parte de la escena. La música y los aspectos visuales de la obra van cambiando según las interacciones del público que, mediado por inteligencia artificial, se convierte en un actor más para dar forma a la experiencia artística. Ese mismo año, la organización FEDORA –organización europea de filántropos para la ópera y el ballet– premió Laila como mejor obra digital, argumentando que “el trabajo hace un uso audaz de las nuevas tecnologías mientras extiende la realidad a una experiencia fascinante y colaborativa”.
Dos años después, en 2022, Opera Beyond estrenó CircOpera 2.0 en el escenario principal de la Ópera Nacional de Finlandia, una obra multimedia y multidisciplinaria que contó con artistas de circo, cantantes líricos y orquesta completa, además de tecnología inmersiva que permitió al público sumergirse en el espectro de algunos de los clásicos más importantes de la música de ópera de todos los tiempos, como el “Dúo de las flores” de Lakmé, el “Intermezzo” de Cavalleria rusticana o “Alabama Song” de Auge y caída de la ciudad de Mahagonny. “Fue la primera vez que recibimos en nuestro escenario a una artista completamente virtual”, adelanta Lilli Paasikivi.
¿Cuáles son las principales diferencias entre crear en entornos virtuales o digitales y crear para un escenario? ¿Cómo cambian las narrativas?
ANNASTINA: Al crear contenido para cualquier nuevo medio, debes considerar las fortalezas y debilidades de ese medio. Por lo tanto, las mejores prácticas en mundos totalmente virtuales –como la realidad virtual y el metaverso– son diferentes, por ejemplo, al escenario o a una instalación espacial que combina elementos digitales y físicos.
Lo que es llamativo en los mundos completamente virtuales es que las leyes de la física no importan. Puedes crear experiencias muy oníricas, por ejemplo. Puedes hacer que la audiencia pierda su sentido del tiempo y el espacio, aunque este también puede ser el objetivo en las actuaciones teatrales, en cierto sentido, ya que psicológicamente pueden ser tan «inmersivas» como lo es la realidad virtual.
También hemos tenido teatro inmersivo con actores en vivo, pero este grado de interacción es algo que se ha vuelto posible recientemente. Creo que la capa interactiva es un cambio en las reglas del juego –no necesita permanecer únicamente en los videojuegos– y la interacción crea una oportunidad para una fuerte participación de la audiencia.
«Una de nuestras iniciativas que me gustaría destacar es el XR Stage, una plataforma de visualización 3D inmersiva para producciones escénicas a gran escala. Esta es una herramienta que ahora estamos integrando como estándar en nuestros flujos de trabajo de producción escénica.» — Annastina Hapaasaari
¿Cómo ha sido la experiencia de creación en Opera Beyond?
LILLI: Ha habido mucho ensayo y error en el proceso. Sí, ha sido frustrante a veces, pero también más gratificante.
Tanto en Laila como en CircOpera 2.0 había muchas soluciones personalizadas en la tecnología que utilizamos, lo que significa que usamos parte de la tecnología de una manera que tal vez nunca se había utilizado antes. Así que, obviamente, necesitas paciencia. Pero, de nuevo, puedes ser realmente un pionero, ¡y qué más emocionante que eso!
Involucrar a nuevas personas es importante porque pueden llevarte más allá de tu zona de confort, aportar nuevas ideas y hacer que también empujes tus propios límites. Nuestros equipos eran muy transversales y multidisciplinarios y se reunieron específicamente para estos proyectos. Esto también significaba que necesitábamos encontrar nuestra propia cultura de trabajo y lenguaje en el proceso. La cultura organizacional obviamente también juega un papel aquí. Las grandes organizaciones culturales tradicionales no siempre son las organizaciones más «ágiles», pero este tipo de proyectos también son un buen ejercicio para nosotros.
Una cosa más que hemos aprendido de este proceso es que puedes comenzar desde algún lugar, pero terminar en otro totalmente diferente de lo que imaginabas. Cuando empezamos, no vimos todas las ventanas de oportunidades que aparecerían a lo largo del viaje. El campo de la tecnología también está en constante cambio, lo cual también es emocionante.
¿Cómo funciona el binomio inteligencia humana/inteligencia artificial en este tipo de proyectos?
ANNASTINA: En los proyectos que hemos hecho hasta ahora, los humanos han creado todo el arte; la música, las imágenes, la narrativa, la experiencia. Las «máquinas» han jugado un papel en la creación humana y la diversificación de la caja de herramientas de los artistas.
Por ejemplo, en Laila la música todavía se hacía con cerebro humano. Lo nuevo fue cómo Esa-Pekka Salonen compuso la música y cómo la grabamos. La composición no solo es lineal, sino que tiene capas interactivas, y todas las diferentes familias de instrumentos se registraron por separado. Luego, las personas que experimentan la instalación pueden activar diferentes capas y efectos con sus acciones, para que aparezcan dentro de la cúpula, por lo que cada grupo de personas experimenta la música de manera diferente. Cada miembro de la audiencia también puede grabar una pieza de su propia voz antes de ingresar a la cúpula, y escuchará su propia voz como parte de la música en algún momento. La voz de cada grupo de audiencia también permanecerá en la memoria de la instalación, y otras audiencias más adelante también las escucharán.
¿Cómo se concibió CircOpera 2.0 y cómo se dio vida a La Diva, el personaje virtual que es parte de la puesta en escena?
LILLI: El otoño pasado, estrenamos una producción teatral principal llamada CircOpera 2.0. Es un espectáculo espectacular que combina circo y música clásica.
Además, elevamos el espectáculo con nuevos elementos, como la primera vez que recibimos en nuestro escenario a una artista completamente virtual, una «diva» muy moderna que está hecha con movimiento y captura facial y aparece en el escenario con los otros artistas.
También utilizamos proyecciones que reaccionan a los movimientos de los artistas, con sensores que reconocen el movimiento y luego las imágenes que magnifican los movimientos y actos de circo.
Hay diferentes desafíos que surgen cuando se quiere llevar elementos inmersivos o nuevos a masas y grandes audiencias, como en el caso de CircOpera 2.0, cuando se utilizan elementos como este en espectáculos escénicos reales. Muchas de estas tecnologías pueden traer más magia al escenario, pero mantener la actuación en vivo en el foco principal.
¿Qué otras oportunidades de desarrollo artístico se vislumbran a partir de la inclusión de estas tecnologías, en términos estéticos o estilísticos?
ANNASTINA: Las invenciones tecnológicas han contribuido y siguen contribuyendo a las nuevas tendencias estéticas, pero cada vez hay más opciones en la paleta hoy en día. Hay opciones para hacer que la imagen digital sea fotorrealista en su textura y detalle, o puede estilizarse como uno lo desee. El medio digital ya no dicta tanto el estilo de esa manera.
Los proyectos de investigación y creación de Opera Beyond no sólo se han traducido en experiencias artísticas para los públicos sino también en desarrollos para mejorar procesos de trabajo al interior del teatro. “Una de nuestras iniciativas que me gustaría destacar de nuestros colegas es el XR Stage, una plataforma de visualización 3D inmersiva para producciones escénicas a gran escala. Esta es una herramienta que ahora estamos integrando como estándar en nuestros flujos de trabajo de producción escénica”, expresa Annastina Hapaasaari. Se trata de una réplica virtual del teatro, que permite probar y resolver problemas propios del diseño y planificación de producciones escénicas y que proyecta integrar funcionalidades técnicas del escenario para, por ejemplo, preprogramar las luces de un espectáculo.
La obra de arte en la época de la inteligencia artificial
En su influyente ensayo publicado en 1935, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, el filósofo alemán Walter Benjamin abordó su fascinación por las tecnologías que reproducen las obras de arte. Tomando entre sus ejemplos el caso de la fotografía y la impresión en masa, Benjamin argumentó que uno de los puntos esenciales en esta nueva época artística y tecnológica es la pérdida del “aura”, es decir, de la presencia de una obra de arte en un determinado tiempo y espacio, su existencia única en el lugar donde se encuentra.
Benjamin advirtió, así, que la desaparición del aura abriría la posibilidad de un nuevo arte popular a través de la reproducción extensiva. Casi 100 años después, la obra de arte ahora entra en una época donde los cambios, esta vez introducidos por la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías de creación, difusión y reproducción, generando distintas preguntas y debates en torno a las oportunidades y amenazas que podría implicar. Esa-Pekka Salonen, por ejemplo, es categórico: “Cada medio artístico necesita el lado tradicional, el legado. Tenemos que cuidar el legado, pero también tenemos que asegurarnos de que haya cosas nuevas que nadie haya hecho antes. También tenemos que correr el riesgo de que algo no funcione. Cada obra nueva es un riesgo en este sentido, pero si no nos arriesgamos el arte va a morir”.
¿Qué riesgos ve en el uso de estas nuevas tecnologías en las artes escénicas? ¿No estamos canibalizando nuestro propio hacer, ya que parece que el espacio físico del teatro es prescindible o porque, con el desarrollo de la inteligencia artificial, incluso la creación e interpretación humana podría ser prescindible?
ANNASTINA: El desarrollo tecnológico es inevitable, por lo que no ayuda mucho ignorarlo. Lo veo más como si el arte tuviera un papel importante en la prueba de las nuevas tecnologías, siempre y cuando cumpla su papel como uno de los primeros adaptadores de las nuevas tecnologías. Además, es solo a través de las pruebas que podremos ver todo el potencial y también las desventajas de estas nuevas tecnologías, y descubrir las mejores prácticas.
¿Es este un ámbito en el que todo el sector cultural debería investigar?
LILLI: ¡Sí, lo es! Embarcarse en una expedición no significa que debas dejar atrás las tradiciones y los viejos clásicos. Lo que queremos es enriquecer nuestro repertorio y el canon. ¡No reemplazando, sino enriqueciendo!
«Cada medio artístico necesita el lado tradicional, el legado. Tenemos que cuidar el legado, pero también tenemos que asegurarnos de que haya cosas nuevas que nadie haya hecho antes.» — Esa-Pekka Salonen
En América Latina son pocas las experiencias en las que las nuevas tecnologías se cruzan con las artes escénicas. Si algún teatro u organización cultural desea explorar, ¿por dónde recomienda comenzar?
LILLI: Sé curioso, sal a la calle, ve cosas, has benchmarking, aprende. Involucra a nuevas personas, comienza a imaginar lo que podrías hacer y luego hazlo.
Las experiencias digitales varían enormemente en escala. Para el contenido totalmente digital, no necesitas mucho hardware o recursos materiales, y son muy escalables. Por otro lado, si te metes en grandes instalaciones físicas, pueden ser, por ejemplo, logísticamente mucho más desafiantes, pero, por supuesto, también pueden ser impresionantes de experimentar.
Hay un océano de posibilidades ahí fuera y definitivamente hay algo para todos, también para audiencias más conservadoras.