Tras una exitosa temporada realizada en 2021, María de Buenos Aires regresa al Theatro Municipal de São Paulo, presentando cine en vivo, mezclando imágenes y uniendo diferentes lenguajes artísticos con la atmósfera porteña y brasileña. El espectáculo tendrá ocho funciones entre los días 21 y 29 de noviembre.

Una ópera-tango, u operita, como la definió su compositor, Astor Piazzolla, María de Buenos Aires estará en cartelera los días 21, 22, 23, 24, 26, 27, 28 y 29 de noviembre en la Sala de Espectáculos del Theatro Municipal de São Paulo. Esta es una remontaje de la producción de 2021, y la obra, que tiene libreto de Horacio Ferrer, contará con la concepción y dirección general de Kiko Goifman, la dirección escénica de Ronaldo Zero, la dirección musical de Roberto Minczuk, con la participación de la Orquesta Sinfónica Municipal y el Coro Lírico Municipal, bajo la batuta de Érica Hindrikson.

El elenco estará conformado por las cantantes Catalina Cuervo (26, 27, 28, 29) y Luciana Bueno (21, 22, 23, 24) como María, Márcio Gomes interpretando al Cantor, y Rodrigo Lopez como Narrador/Duende. Los boletos van de R$31 a R$200, la clasificación es para mayores de 16 años y la duración es de 85 minutos, sin intervalo.

En una compleja y onírica mezcla de música y poesía, la obra narra la trayectoria de vida de María, una prostituta del suburbio de Buenos Aires. En la segunda parte, se relata su vida después de la muerte. Los personajes principales incluyen a un poeta narrador que también asume el papel de un duende, además de varias marionetas bajo su mando, y un grupo de psicoanalistas que forman un circo. El libreto contiene diversos elementos que evocan paralelismos entre María y María de Nazaret, o incluso con Jesucristo.

La obra se estrenó en 1968 en la capital argentina y se destaca por su tono surrealista, satírico, con el uso de elementos místicos y religiosos. Piazzolla crea una obra que fusiona múltiples estilos musicales, desde el tango hasta el jazz, para llevarnos en este viaje por la noche porteña. “María de Buenos Aires es una obra única, que se distingue mucho de otras óperas del propio Piazzolla, porque tiene la fuerza del tango nuevo, un toque rítmico con armonías y melodías muy especiales”, señala el maestro Roberto Minczuk.

En esta reposición de la exitosa puesta en escena de 2021 en el Theatro Municipal de São Paulo, los directores incorporan cine en vivo, fusionando imágenes y uniendo diferentes lenguajes artísticos a la atmósfera porteña y brasileña. La producción también contará con la presencia de prostitutas que realizarán pequeñas performances durante la función, inspiradas en la visualidad del propio trabajo. “Esta es, ante todo, una ópera sobre una mujer muy fuerte, una prostituta inventada por Piazzolla para la ópera María de Buenos Aires. Por ello, trajimos prostitutas reales al escenario tanto en la primera puesta como en esta”, explica Kiko Goifman.

La producción incorpora muchos elementos del cine, comenzando con la manipulación de imágenes históricas de Buenos Aires, además de imágenes actuales y simbólicas. Las cámaras en el escenario permiten cambiar la escala de la ópera, acercando pequeños objetos, como una muñeca o una carta, y proyectándolos en una pantalla grande. Esto transforma la escala de la presentación, utilizando tanto imágenes en vivo como pregrabadas.

Otro aspecto es la presencia de los bailarines de tango. Según el director escénico, Ronaldo Zero, a diferencia de la versión de 2021, realizada durante la pandemia de covid-19, este nuevo montaje coloca la danza y sus orígenes en la cultura negra como protagonistas. “La propuesta escénica también hace uso de signos y simbolismos que destacan la dualidad y las raíces híbridas del tango, fusionando la tradición argentina con la influencia africana que dio forma al género. Sin perder la conexión con el público contemporáneo, la puesta en escena traduce estos elementos de manera accesible, explorando la fisicalidad de los intérpretes y el dinamismo entre la escena y la música”, explica Ronaldo Zero.

María de Buenos Aires es una ópera que se desarrolla en un escenario onírico y marginal, donde los tangos y todos los elementos conviven en una mezcla de ironía y lirismo. La composición está marcada por influencias como misas y músicas sacras, además de una fuerte presencia del jazz y de las artes globales de los años 60, capturando el momento de transición en el estilo de Piazzolla. Esta obra rompe con las clasificaciones tradicionales, en una experiencia estética inmersiva en la que música y poesía se entrelazan para formar una narrativa que fluye entre lo real y lo fantástico, reflejando las complejidades y dilemas de la sociedad.