Jean Pierre Gamarra regresa al Gran Teatro Nacional de Lima para estrenar Pulgarcito

Jean Piere Gamarra

Conversamos junto a Jean Pierre Gamarra, director general de  la nueva ópera familiar Pulgarcito, que se estrena para la apertura de la temporada de Ópera en familia este primero de septiembre en el Gran Teatro Nacional de Lima, con la participación estelar del Coro Nacional de Niños y el Ensamble Artifex.

 

En el marco de su Temporada de ópera familiar 2018, el Ministerio de Cultura de Perú presentará la obra Pulgarcito con la participación estelar del Coro Nacional de Niños, liderado por la maestra Mónica Canales; y el Ensamble Artifex, dirigido por Luis Chumpitazi. Las funciones se realizarán sábados 01 y 08 de septiembre y domingos 02 y 09 en el Gran Teatro Nacional.

 

La nueva historia de Pulgarcito y sus hermanos, llevada al escenario limeño en versión ópera, ofrecerá una lectura más ilustrada y dinámica, con música de Hans Werner Henze, libreto de Giuseppe Di Leva y la dirección general de Jean Pierre Gamarra. Los principales personajes serán asumidos por integrantes del Coro Nacional de Niños apoyados en acordes y melodías interpretadas por el Ensamble Artifex, junto a destacados solistas peruanos. El espectáculo relata las aventuras del famoso niño del clásico cuento de hadas, quien en medio de un bosque peligroso y oscuro, sabrá lidiar contra la soledad generada por el abandono de sus padres y enfrentará sus miedos con valor y entusiasmo, buscando en todo momento el camino a la felicidad.

 

¿Cómo fue el proceso de diseño y desarrollo de esta producción?
El proceso de diseño fe una de las cosas más lindas que he vivido. La obra la conocía pero nunca la había estudiado, fue todo un descubrimiento. Es una música fascinante, muy complicada y el universo del que se habla está muy lejos de lo que la gente conoce como el valeroso Pulgarcito. Es un personaje muy triste, desolador y doloroso debido a todo lo que tiene que vivir junto a sus hermanos. Y musicalmente también es doloroso, hay un miedo y suspenso constante desde que inicia hasta que termina la obra, ni siquiera el final resulta ser tan esperanzador como debería. Creo que es parte de este mundo expresionista que nos da Henze.
Ante una música tan compleja, ante un libreto tan duro lo que se tenía que crear era algo que hiciera justicia. El diseño de escenografía y vestuario es de Lorenzo Albani. Juntos creamos algo con lo que me siento muy satisfecho. Puedo ver que en los niños que han presenciado los ensayos este bosque que representa el mundo hostil donde el niño nace sin culpa y donde se tiene que habituarse, crea un fuerte impacto.
Este bosque nos ha permitido técnica e intelectualmente hablando nos permite representar este mundo terrible para tantos niños. En el caso de la familia de Pulgarcito, ellos son una familia paupérrima, y por eso deciden abandonarlos que no es por ningún motivo una justificación. De nuestro lado hemos decidido mostrar a padres que se ven en esta situación sin ningún juicio, será el público quien los deberá juzgar. Otra referencia que teníamos son los niños que recorren basura en Sudamérica o India, esos niños que viven en la basura y su mundo es la basura y que no conocen otra cosa, entonces el niño se permite soñar en cualquier situación.
Un niño rico en su departamento o un niño viviendo en la basura, no cambian su percepción de los sueños o de la creatividad. Definitivamente si existen diferencias, pero no en la esencia de lo que significa ser niño,y en ese caso los niños que atraviesan circunstancias como estas, y no sólo como Pulgarcitos y sus hermanos sino también las hijas del Ogro y Clotilde, son niños que al vivir situaciones extremas han logrado una mayor capacidad de reinventarse, es como yo había titulado el proyecto al presentarlo al Gran Teatro Nacional de Lima, esta obra para mi es el poder de los niños, un poder que los adultos no tenemos ya que en algún momento de nuestro desarrollos perdimos. Estos niños solos logran encontrar esta primavera, esta primavera que ellos llevan dentro y que representa la felicidad, la tranquilidad, la paz y el porvenir.
Cuando comenzamos a desarrollarlo me centré no solamente en el personaje principal de Pulgarcito sino en los niños, hasta yo mismo cuando era niño, en la idea que yo podía ser el héroe de mi propia historia sin la necesidad de una mecánica teatral, un libreto, ni un personaje antagónico, era yo mismo y mi imaginación. Y esta es la capacidad que le permite a Pulgarcito y a los demás niños de encontrar esta vía de felicidad que los adultos ya no encontraban, en cambio ellos ven el mundo de una manera totalmente diferente.
Esas son algunas de las ideas que nos llevaron a encontrar este bosque donde se desarrolla la historia. La música expresionista que nos da Henze, y no sé si es porque es alemán o por la dura infancia que debió vivir, su manera de ver el mundo es perfecta para contar la terrible historia de estos niños. Este es un cuento que comúnmente contamos a nuestros niños pero que tiene un trasfondo y una cercanía con la realidad grandísima. Habla de la vida, de la que como seres humanos debemos pasar, las dificultades de la vida y la pobreza; y creo que principalmente en una sociedad latinoamericana es fundamental abordar estos temas, creo que servirá para que reflexionemos en la fortuna o no fortuna que tenemos y del modo que funciona nuestra sociedad. Es un poco paradójico  porque claro está escrito por un alemán pero funciona perfectamente con la realidad sudamericana, y este también ha sido un punto importante en la creación de esta obra.

 

¿Qué valor le otorga ud al estreno de producciones más familiares y en qué medida estas aportan al desarrollo de nuevas audiencias?
Creo que la ópera para niños es el futuro, no sólo para generar más audiencias, sino que también la vía para el futuro de la ópera. Hoy las necesidades de los niños no sólo le importa a la sicología, sino que también a las artes, y el futuro del artes está en los niños.
La ópera familiar no sólo tiene un impacto en los niños, también en los padres, he tenido la oportunidad de realizar varios montajes de óperas familiares, y veo como el niño recibe el primer impacto y el segundo los reciben los padres. Ven cómo sus hijos no tienen ningún prejuicio ante este genero. Por que pasa regularmente que este público adulto que asiste a la ópera con sus hijos no es consumidora de esta, sino que de arte en general, y que está intrigado por la ópera para niños. Los asistentes adultos consideran una curiosidad la existencia de ópera para niños, ya que esta no solamente puede satisfacer la necesidad de un niño, sino que también la de un adulto. Y además les ayuda a integrarse, y poco a poco a perder el miedo porque es  verdad que la ópera para niños nos formará estas nuevas audiencias del futuro, pero existen también audiencias actuales que debemos conquistar y pueden seguir fieles por los próximos 30 años; por lo que creo que la ópera familiar tiene esa importancia.
Personalmente estaba muy asustado la primera vez que monté una ópera para niños, porque nunca había visto una en vivo. Sólo tenía algunas referencias y no sabía cómo reaccionarían los niños a una función de teatro que es cantado y además con música contemporánea. Me acerqué sin saber si mi trabajo teatral podría conectar con los niños, pero desde la primera función de ópera familiar que realicé me di cuenta que el niño es puro en todo sentido, no tiene prejuicios, tiene la capacidad de encontrar la belleza en todo, y no sólo belleza sino que también encontrar sentido en todo.
La ópera para niño no sólo acerca el género, sino que también acercala música contemporánea y al lenguaje teatral contemporáneo, porque evidentemente los libretos y música de óperas contemporáneas tiene una línea teatral diferente a los de las óperas más románticas.  

 

¿Cuál es el desafió desde la dirección al crear nuevas producciones enfocadas en el desarrollo de nuevos públicos?
Es un desafío constante desde el momento de acercarse a la partitura, nos enfrentamos a música contemporánea, llamémoslo  un sistema tonal poco usual para lo que la gente asocia a la ópera. Y esto resulta ser muchas veces una barrera para los amantes de la ópera.
Lo que me gusta mucho de la ópera familiar y contemporánea es que no necesariamente está pensada para el público de la ópera, está pensada como un arte, está pensada para un público diferente. Conozco muchos fieles puccinianos que no tienen un real afecto hacia la música contemporánea y es porque no la entienden, ya que escapa de lo que es natural para ellos.
Este es el desafío para mí porque debo convencerlos a ellos, tengo que hacerlos amar la ópera contemporánea, porque es un público casi religioso, un público fanático que lo deja todo en el asiento y lo vive desde llega al teatro. Es demasiado exigente, muy difícil y que no siempre queda satisfecho.
Ahí comienza el primer desafío, el segundo es la música contemporánea y el tercero son los niños, pero el niño tiene esa capacidad de creer, sentir y asumir naturalmente todo lo que ve, somos los adultos por el contrario, los prejuiciosos, el más difícil de convencer.
A mi parecer los niños con el mejor público, un público virgen y sincero que va a decir lo que siente desde el fondo de su corazón y no necesariamente va a decir lo que siente de acuerdo a su cultura musical, o teatral y operística, el niño es el único que incluso durante la función te va a hacer saber si las cosas están funcionando o no. Me ha pasado que durante funciones los adultos no entendían lo que se estaba cantando pero los niños si lo hacían y hasta respondian a los personajes. Somos los adultos lo que nos complicamos la vida, son los niños quienes tienen esa capacidad de entender y sentir que seguramente los adultos pasando la adolescencia perdemos.

 

Sobre Jean Pierre Gamarra
Master en dirección por la Accademia per l’Opera italiana – Fundación Arena de Verona y Accademia Nazionale d’arte drammatico Silvio D’amico de Roma. Especializado en Dirección de Opera en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires, premiado por dos años consecutivos con la beca de subvención de la Fundación Teatro Colón y único egresado de la Promoción 2011 de Directores de dicha Casa de Opera.

En 2010 debutó como director de ópera con Le Nozze di Figaro de Mozart en el Teatro Colón de Buenos Aires. En 2011 dirige la obra Detrás de de la máscara y debuta como dramaturgo en una producción de la Municipalidad Metropolitana de Lima en la Casa Entre Nous. Ha dirigido también la ópera de Leoncavallo I Pagliacci en el Centro Experimental del Teatro Colón.

En 2012 dirige y diseña la ópera contemporánea Erase. En 2013 hace su debut en el Gran Teatro Nacional de Lima con la ópera contemporánea La ciudad bajo el mar. En 2015 dirige y diseña una nueva producción de Le Nozze di Figaro en el Teatro Municipal de Lima.

Como parte de ENOA (European Network of Opera Academies) ha participado como director invitado al laboratorio de Dramaturgia musical de la Dutch National Opera en Amsterdam. Ha colaborado con importantes teatros del mundo como Teatro Colón, Teatro Avenida, Teatro dell’Opera de Roma junto a Emilio Sagi y en el Festival Rossini de Pesaro junto a Juan Diego Florez y Salomé Jicia.

Este 2018 dirigirá las óperas La flauta mágica y Rinaldo para el Chicago Summer Opera, además de Alzira de Verdi para la Temporada Nacional de Opera del Perú en el Gran Teatro Nacional.