El Teatro Real estrena en España la ópera «La pasajera» (Weinberg)
Entre el 1 y el 24 de marzo el Teatro Real ofrecerá ocho funciones de La pasajera, de Mieczysław Weinberg (1919-1996), dedicadas a la memoria de Gerard Mortier (1943-2014) –director artístico del Teatro Real entre 2010 y 2013– en el décimo aniversario de su fallecimiento. La ópera se estrenará en España con la maestría de dos grandes especialistas en la obra de Weinberg: Mirga Gražinytè-Tyla, que lleva años interpretando y grabando sus partituras, y David Pountney, que estudió hondamente la vida y obra del compositor para dirigir la primera producción escénica de la ópera.
Entre el 1 y el 24 de marzo, el Teatro Real ofrecerá ocho funciones de La pasajera, de Mieczysław Weinberg, en una coproducción del Teatro Real con el Festival de Bregenz, el Teatro Wielki de Varsovia y la English National Opera.
El estreno en España de esta ópera ─con tres años de retraso debido a la pandemia─ se puede enmarcar en el sorprendente descubrimiento, en las últimas décadas, de la prolífica y valiosa producción musical de Weinberg, silenciada durante años por la presión de la censura soviética y por las terribles vicisitudes de su biografía.
Mieczysław Weinberg nació en Varsovia en 1919, en el seno de una familia de artistas judíos vinculados al teatro yidis. Sus padres y hermana murieron en el campo de concentración de Trawniki, de donde el joven músico se escapó, encontrando refugio en la Unión Soviética. Allí vivió de la música, prosiguió con ahínco su formación y mantuvo una incansable actividad creativa, componiendo en situaciones precarias.
Marginado, perseguido, encarcelado y constantemente vigilado por las autoridades soviéticas, nuevamente por su condición de judío ─reforzada por el matrimonio con la hija de un actor yidis asesinado por el régimen─, su supervivencia y su carrera se deben, en gran parte, al apoyo y protección de Dmitri Shostakóvich (1906-1975), gran amigo, admirador y divulgador de su obra.
La prolífica producción de Weinberg, con más de 150 obras catalogadas –incluyendo 22 sinfonías, 17 cuartetos de cuerda, 4 óperas, 3 operetas, un réquiem (que incluye textos de Lorca), cantatas, ballets, sonatas, ciclos de canciones y más de 40 partituras para cine y teatro–, se puede inscribir en la fantástica cantera de compositores rusos del siglo XX, encabezada por Dmitri Shostakóvich y Serguéi Prokófiev. Toda su música, heredera del sinfonismo centroeuropeo, del neoclasicismo y de la influencia de sus maestros rusos, está impregnada de temas del folclore judío, polaco, moldavo, armenio, etc., germen de muchas de sus creaciones.
La pasajera narra el encuentro, en un transatlántico rumbo a Brasil, de dos mujeres que intentan escapar de su pasado común en Auschwitz diez años antes. La primera, acompañada de su marido y flamante diplomático, fue carcelera en el campo de concentración, teniendo a su cargo a la segunda, prisionera judía con la que entabló entonces una perversa relación.
La ópera, cantada en 7 idiomas ─incluyendo el castellano, por el coro-, está estructurada con constantes flashbacks de inspiración cinematográfica─ Weinberg tocó y compuso mucho para películas-, que articulan el viaje marítimo en la cubierta del barco, con otro, oscuro y siniestro, a los angustiosos traumas de la vida en el campo de exterminio.
Tanto la escritora Zofia Posmysz (1923-2022) ─autora de la novela homónima en la que se basa la ópera─ como el compositor vivieron el terror del holocausto y sintieron la necesidad de contarlo, lo que imprime a la ópera una emoción espeluznante.
Pese a la dureza inexpresable del tema de la ópera, su música, en muchos fragmentos dura, rabiosa y expresionista, articula momentos sinfónicos altisonantes con otros camerísticos e intimistas, en una sucesión de temas de grandísima eficacia dramatúrgica, enlazados con fluidez y maestría: pasajes atonales y disonantes que evocan la barbarie, melodías folclóricas nostálgicas que acompañan a las reclusas, pasajes jazzísticos de la vida mundana del transatlántico, el vals diabólico del comandante de las SS o la Chacona de la Segunda Partita de Bach, en el descorazonador clímax de la ópera.
La pasajera se estrenará en España con la maestría de dos grandes especialistas en la obra de Weinberg: Mirga Gražinytè-Tyla, directora musical lituana de enorme prestigio internacional, que lleva años interpretando y grabando sus partituras sinfónicas, y David Pountney, que estudió hondamente la vida y obra del compositor polaco para la primera puesta en escena de la ópera, en 2010 en Bregenz, y que ahora llega al Teatro Real.
El equipo artístico y los intérpretes de la producción, con 16 distintas nacionalidades, darán vida a este drama descorazonador, con un reparto coral encabezado por la soprano Amanda Majeski (Marta) y la mezzosoprano Daveda Karanas (Lisa), que nos llevarán a uno de los períodos más terroríficos de la historia de la humanidad y al interior de nosotros mismos, con la esperanza de que la ópera de Weinberg nos recuerde las vidas truncadas de tantos inocentes que han conservado la dignidad, la esperanza y la capacidad de amar en las condiciones más extremas.