El Teatro del Libertador presenta «La traviata» con escenografía hecha con materiales reciclables
Esta nueva producción del Teatro del Libertador para La traviata, con dirección musical de JongWhi Vakh y escénica de Cecilia Ruiz-Posse, cuenta con escenografía y elementos de utilería hechos a partir de materiales reutilizables en colaboración con la Escuela Municipal de Economía Circular, institución dedicada al reciclado de residuos urbanos. El elenco está encabezado por las sopranos Lucía González y Anahí Cardoso (Violeta Valéry), los tenores Luciano Santamaría y Héctor Fernández (Alfredo Germont), los barítonos Federico Bildoza y Ariel Suárez (Giorgio Germont).
La traviata, ópera en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Francesco Maria Piave, sube a escena en el Teatro del Libertador los días domingo 3, martes 5, jueves 7 y sábado 9 de diciembre a las 20 horas. Se trata de una innovadora puesta en escena realizada con el aprovechamiento de materiales reciclados, con la actuación de la Orquesta Sinfónica de Córdoba y el Coro Polifónico de Córdoba junto a un notable elenco de voces solistas y la dirección general del maestro JongWhi Vakh.
Las entradas anticipadas pueden adquirirse por Autoentrada y en boletería, Vélez Sarsfield 365, en su horario habitual de martes a sábados de 9 a 20, domingos de función de 17 a 20, teléfono 414-3412, a los siguientes valores: platea, 8.000 pesos, cazuela 6.000, tertulia 5.000 y paraíso 3.500 pesos, palcos altos y bajos para cuatro ubicaciones, 28.000 pesos.
La dirección de escena es de Cecilia Ruiz-Posse. La escenografía y elementos de utilería están hechos con materiales reutilizables, en colaboración con la Escuela Municipal de Economía Circular, institución dedicada al reciclado de residuos urbanos.
Primeras voces
Los roles protagónicos serán interpretados por: las sopranos Lucía González y Anahí Cardoso (Violeta Valéry), los tenores Luciano Santamaría y Héctor Fernández (Alfredo Germont), los barítonos Federico Bildoza y Ariel Suárez (Giorgio Germont), las mezzosopranos Verónica del Villar y Alejandra Tortosa (Flora Bervoix), junto a Julián Montico (bajo, Marqués D´Obigy), Mario Rossi (barítono, Barón Douphol), la soprano Sabrina Paterno (Annina), José Luis Moreno (bajo, Dr. Grenvil), el tenor Matías Exequiel Ibarra (Gastón), el tenor Alejandro Wagner (Guiseppe) y Marcelo Merlo (bajo, Mensajero).
A esta producción se suman figurantes del Seminario de Canto: Siripo Carducci, Agustín Avarece, Juan Almada, Nicolás Visintín. La preparación del coro lírico está a cargo del maestro Camilo Santostefano, director titular del organismo.
La escenografía que da marco a la acción pertenece a Lilian Mendizábal, el vestuario es de Lihuen Savegnago, la iluminación es de Daniela Maluf, en tanto, el diseño de utilería es de Carlos Barahona y la caracterización de Julieta Reiloba.
El equipo que trabaja en la puesta está formado así por talleristas y docentes de la Tecnicatura Universitaria en Escenografía de la Universidad Provincial de Córdoba. La realización de escenografía, vestuario y utilería está a cargo de las áreas técnicas del Teatro del Libertador.
La traviata (1853) tiene una duración de dos horas y 30 minutos, dos intervalos, con libreto subtitulado. Junto a Il trovatore (1853) y Rigoletto (1851), esta ópera es parte de la llamada “trilogía popular” de Verdi.
La extraviada, según la traducción al castellano, está basada en la novela La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo). La historia está basada en el romance del mismo Dumas con Marie Duplessis, una joven cortesana, que nació en 1824 y murió de tuberculosis a los 23 años de edad.
Su figura, en el personaje de Violeta Valéry, encarna el drama del amor en la ópera del Romanticismo.
Una pasión intacta
El drama lírico comienza narrando el feliz encuentro de Violetta con un joven de una familia acomodada, Alfredo Germont, es aquí cuando se canta el famoso dúo del brindis “Libiamo ne’ lieti calici”; Libiamo, libiamo ne’lieti calici / che la bellezza infiora, dicen los primeros versos del pasaje (Bebamos alegremente de este vaso/ resplandeciente de belleza/ y que la hora efímera/ se embriague de deleite).
Giorgio Germont, padre de Alfredo, exige a Violetta que rompa la relación con su hijo, ya que no la considera digna de trabar alianza con su familia. Mientras Violetta escribe una carta de despedida, Alfredo ingresa al cuarto y juntos cantan uno de los dúos más populares de la lírica, “Amami, Alfredo”, junto a toda la orquesta en el final del segundo acto.
Violetta y Alfredo vuelven a encontrarse en una fiesta en la casa de Flora Bervoix. La pasión que los unió tiempo atrás está intacta.
Una grave enfermedad pulmonar echa sombra sobre la salud de la cortesana Violetta, quien debilitada recibe a quien fuera su primer amor, Alfredo. La vida parece darle a la joven las fuerzas para recuperarse, pero el destino ha dado su inamovible veredicto y la belleza de otro tiempo, como el amor, se consume en su lecho.