Con un equipo artístico de chilenas, vuelve «Rigoletto» al Municipal de Santiago
La directora escénica Christine Hucke debutará en la temporada oficial de ópera con una una nueva producción de Rigoletto que además contará con escenografía de Rebekka Dornhege Reyes y vestuario de Constanza Meza-Lopehandía. Con funciones del 17 al 26 de agosto, el estreno también marcará el retorno de la estrella peruana de la ópera y triple ganador de Operalia 2021, Iván Ayón-Rivas.
Estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia en 1851, Rigoletto abrió el camino de Giuseppe Verdi hacia una nueva visión artística, influida por el realismo literario que caracterizaría su periodo medio y que sabría continuar en obras como El trovador y La traviata, conformando así la llamada “trilogía popular”. Tan solo unos años después, en 1857, la ópera llegó al Teatro Municipal de Santiago, que la estrenó como parte de su temporada inaugural.
Ahora, entre el 17 y 26 de agosto, el Municipal de Santiago vuelve a presentar esta obra firmada por un equipo artístico de chilenas encabezado por Christine Hucke, quien debuta como directora escénica en la temporada oficial del Teatro tras varios años trabajando en este y otros escenarios chilenos, además del Teatro alla Scala en Milán, el Festival de Aix-En-Provence, el Teatro Comunale de Bolonia y la Ópera de Abaí en Almatý, entre otros. El título verdiano también marcará el retorno de la estrella peruana de la ópera y triple ganador de Operalia 2021, Iván Ayón-Rivas, en el papel de Duca di Mantova.
Asimismo, esta nueva producción cuenta con la escenografía de Rebekka Dornhege Reyes y el vestuario de Constanza Meza-Lopehandía, además de la iluminación de Ricardo Castro y la dirección musical de Roberto Rizzi Brignoli y Pedro-Pablo Prudencio, directores titular y residente de la Orquesta Filarmónica de Santiago respectivamente. El Coro del Municipal de Santiago, en tanto, estará bajo la batuta de su director titular, Jorge Klastornick.
“Para esta ópera buscamos una estética atemporal y darle énfasis al argumento para resaltar sus temáticas atingentes a todas las épocas: se habla del poder absoluto, la injusticia, el amor filial entre un padre y una hija y, sobre todo, de personajes de carne y hueso con lados A y B. Eso es lo rico e interesante. Se van a emocionar al extremo con esta ópera; su música y libreto son realmente fabulosos”, dice Christine Hucke.
En el rol de Rigoletto estará el español Juan Jesús Rodríguez, Mejor Voz Masculina de los Tutto Verdi International Awards 2023, y el georgiano Nikoloz Lagvilava, quien se ha presentado en el Festival de Glyndebourne y la Ópera Cómica de Berlín; y en el rol del Duca di Mantova, además del peruano Iván Ayón-Rivas, estará el letón Mihails Čuļpajevs, quien este año actuará en escenarios como la Ópera Real de Estocolmo y la Ópera Nacional de Finlandia.
Asimismo, en el papel de Gilda estará la rusa Aigul Khismatulina, ganadora del Concurso Tenor Viñas 2019, y la española Rosalía Cid, quien viene llegando de inaugurar la temporada en el Teatro alla Scala de Milán; e interpretando a Sparafucile, el ucraniano Taras Berezhansky, cuyos compromisos este año incluyen actuaciones en la Ópera Estatal de Baviera en Múnich y la Ópera de Sídney, y el chileno Jaime Mondaca, finalista de la Competizione dell’ Opera 2019, realizada en Sochi.
Completan los dos destacados elencos Evelyn Ramírez, Gabriela Gómez (Maddalena), Homero Pérez-Miranda, Francisco Salgado (Conte di Monterone), Paola Rodríguez, Francisca Muñoz (Giovanna), Cristián Lorca, Rodrigo Quinteros (Conde Ceprano), Javier Weibel, Sergio Gallardo (Marullo), Gonzalo Araya, David Rojas (Borsa), Marcela González, Constanza Olguín (Condesa Ceprano), Kevin Mansilla (Heraldo) y Camila Aguilera (Paje).
De la censura a la popularidad
En un principio, Rigoletto parecía destinada a no ver la luz. ¿La razón? La historia se basa en la obra dramática El rey se divierte de Víctor Hugo, a quien Verdi admiraba pero cuya mordaz ficción había sido prohibida tras solo una función. En ella, Triboulet, un hombre deformado físicamente, ocupa el puesto de bufón en la corte del rey Francisco I de Francia, monarca que el autor representa como déspota, lascivo y completamente entregado al libertinaje.
De hecho, la obra ―originalmente titulada La maledizione di Saint-Vallier― fue rechazada para presentarse públicamente y el libretista Francesco Maria Piave optó por trabajar en conjunto con Carlo Marzari, miembro de la dirección del Teatro La Fenice, en una adaptación que pudiera complacer a las autoridades, la cual Verdi rechazó tajantemente.
Finalmente, las partes involucradas llegaron a un acuerdo y Verdi aceptó realizar algunas transformaciones de menor orden. La acción, por ejemplo, fue trasladada al ya extinto ducado de Mantua en pleno Renacimiento, en lugar de transcurrir en Francia, por lo que todos los personajes cambiaron de nombre. Asimismo, la obra fue rebautizado como Rigoletto, un nombre inventado que derivaba de la palabra francesa “rigoler” o en español “reír”. Hoy, la obra es considerada una de las grandes obras maestras de la ópera y su aria La donna è mobile es un éxito popular.