El Ciclo Colón en la Ciudad presenta la ópera de cámara «El que dice Sí/El que dice No»
La ópera en un acto compuesta por Kurt Weill y con libreto de Bertolt Brecht es parte del ciclo programado por el Teatro Colón. Con dirección musical de Susana Salinas y Martín Matalón y dirección escénica de Nahuel Di Pierro y Violeta Zamudio, la obra se estrena el 24 de octubre en el Teatro Coliseo.
Der Jasager («El que dice Sí») es una ópera en un acto compuesta por Kurt Weill con libreto de Bertolt Brecht. La obra se estrenó en 1930 como parte de su colaboración en una serie de obras teatrales educativas. La pieza se centra en una expedición en busca de medicinas que realizan 3 estudiantes, un maestro y un niño para salvar a su comunidad de una enfermedad. Durante la travesía el niño enferma y la tradición exige que el enfermo deba aceptar las consecuencias: sacrificarse por el bien común y dejar a los demás continuar su viaje.
Luego de una actuación para los estudiantes de la Escuela Karl-Marx en Neukölln, Brecht sintió la necesidad de revisar su obra. El resultado fue Der Neinsager («El que dice No»), hoy puesta en música por Martín Matalón. En esta revisión el niño se niega a respetar la tradición y su respuesta da origen a una nueva: cada situación amerita una nueva reflexión. La dirección escénica es de Nahuel Di Pierro y Violeta Zamudio.
Comentario de Nahuel Di Pierro y Violeta Zamudio
Al imaginar las dos piezas como una sola descubrimos la posibilidad de pensar y cuestionarnos acerca del mítico viaje épico realizado por tantos personajes en distintos relatos literarios.
En El que dice Sí presenciamos el viaje del mártir, aquel que se entrega a su trágico destino siguiendo la tradición, sacrificando su vida por el bien común. En cambio, El que dice No es para nosotros el cruce del héroe hacia otros mundos en busca de lo perdido, lo preciado, lo olvidado, para encontrarse a sí mismo y abrir nuevos caminos para la vida en comunidad.
Brecht nos advierte ya en 1930 sobre el peligro de la doctrina de la Alemania de Hitler, donde todo se debe cumplir en nombre del “espíritu”, de acuerdo con las viejas reglas. En un contexto hostil, de guerras y pandemias “volverse adulto”, “volverse soldado”, “volverse mártir”, “volverse cadáver” parece ser el deber a cumplir, la tradición a seguir. Todo teatro es reflejo de su sociedad y el Teatro Colón no es la excepción. En este particular periodo post-pandémico decidimos abrir el relato a la niñez, y les niñes del teatro se hacen presentes para contarnos estas historias desde su perspectiva, ya que ellos encarnan el futuro y constituyen la apuesta por excelencia de todos los conflictos y de todas las transformaciones históricas.
La premisa brechtiana “Und lernt das Lernen, und verlernt es nie!” (“¡Aprendan a aprender y nunca lo desaprendan!”), es hoy una invitación al incesante cuestionamiento.