Bajo la Lupa: Entrevista a Willie Anthony Waters
Entrevista al Maestro Willie Anthony Waters,
Director Musical y Concertador
Por: Ximena Sepulveda
.
Willie Anthony Waters nacido en Miami, Florida, es un Director de orquesta estadounidense dedicado a la dirección de ópera. Graduado de la Universidad de Miami fue administrador de la Opera de San Francisco, durante siete años fue director artístico de la Miami Opera (hoy Gran Ópera de Florida) durante su gestión dirigió Salome, Manon Lescaut, Die Walküre, Macbeth, Aida, Of Mice and Men, Falstaff, Bianca e Falliero, Cristoforo Colombo, La Gioconda, Turandot, Tosca, Carmen y Lucia di Lammermoor.
.
Ha dirigido la Opera de Connecticut, en la Opera de Boston, Eugene Opera, New York City Opera, Opera Colorado, Ebony Opera Houston y la Deutsche Oper Berlin entre otras. En 1995 dirigió el estreno de Porgy and Bess en Ciudad del Cabo, Sudáfrica y en 1991 le fue otorgado el Premio de Martell.
.
¿Te parece que existe corrupción o discriminación en el arte?
Sí y no. Sí, que se presta a ello en el arte por su naturaleza . Uno puede contratar a cualquier persona que le parezca y justificarlo de cualquier modo, diciendo que es necesario o necesaria. En general, hay menos discriminación ahora que hace unos diez años, pero la gente que selecciona al que se va a contratar, todavía se basa mucho en el aspecto físico, más que la calidad artística. Eso es discriminación también; en el mundo artístico se debe realizar todo dentro del Arte y no tener otras consideraciones fuera de él.
.
Dentro de las numerosas participaciones que has tenido como jurado de importantes certámenes vocales, ¿alguna vez te han sugerido le prestes especial atención a algún cantante en particular?
¡Nunca! Jamás haría caso de semejante sugerencia. Me preocupa sobremanera mi integridad personal y buena reputación y nunca quisiera se dijera de mí, que he sido influenciado por alguien o algún hecho en particular.
.
¿Puedes describir las actitudes positivas y negativas de los artistas en cuanto a su repertorio y demás, especialmente en las sopranos, mezzos, tenores, barítonos y bajos? ¿Qué repertorios y estilo de vida les recomendarías?
No tengo suficiente espacio para contestar todo eso. Los cantantes deben estar totalmente entregados a la música y la ópera, y estar dispuestos a dedicarle la mayoría de su tiempo y energía para perfeccionar su arte. Requiere devoción, estudios y práctica sin fin, además de sacrificio. No hay atajos en este camino. También existe el tema de una larga vida de tus cuerdas vocales, donde debes conservar y cuidar tu instrumento. No se trata de un trabajo con horario estable, como ser de 9 a 5, pero tampoco significa que no puedas llevar una vida más o menos normal. En el caso de los cantantes y especialmente los bailarines, tu cuerpo es tu instrumento y al igual que los atletas, debes entrenar y mantenerlo en forma, sin abusarlo.
.
¡El canto es una actividad muy atlética! Si posees un talento especial, no eres igual a los demás, ni debes tratar de serlo. Es difícil llevar una vida de familia, especialmente al principio de la carrera. También se deben evitar las distracciones al máximo, porque toda esa energía y tiempo debe ser dedicado al desarrollo y mantenimiento propio como artista. Me acuerdo de un antiguo decir: es menos difícil alcanzar un éxito, que permanecer en él. Siempre hay que continuar trabajando, aunque ya se haya llegado a la meta.
.
¿Cómo manejas las situaciones si te encuentras con cantantes desafinados?
Depende. Si se trata obviamente de un problema técnico, hay formas que se pueden usar para dirigir la atención del cantante y ayudarle a emitir las notas correctas. Si por el contrario, se trata de un problema de oído, la situación es más grave.. Los profesores y repasadores tienen que estar muy al tanto de si sus alumnos cantan con buena afinación o no. Esta deficiencia no se puede tolerar en el mundo profesional.
.
¿ Qué nos comentas de las llamadas «estrellas», que no les gusta asistir a los ensayos?
Todavía hay algunos de ellos, pero esos días ya han desaparecido. Especialmente ahora, cuando los Directores de Escena tienen tanto poder e insisten que todos los cantantes deben estar presente en los ensayos. Las compañías de ópera en general, ya no aceptan unos cuantos días de ensayo. No es profesional, ni tampoco justo para los colegas, ni para la compañía y menos para el público. Lo llamamos: [Ópera instantánea: agregue agua y revuelva.]
El público está pagando para ver un espectáculo y merece una puesta en escena de gran calidad, lo cual no se puede lograr sin haber ensayado como es debido.
.
Cuando algunos cantantes cuyas carreras ya han sobrepasado su apogeo y de pronto, se ven en situaciones difíciles en escena, ¿cómo haces para ayudarles desde el foso de la orquesta?
Espero no contratar ni trabajar con cantantes que se encuentren en esta situación, pero en mi juventud lo hice a menudo y traté de darles apoyo en la mejor forma posible. A veces el ritmo debe ser algo más lento o, al contrario, más rápido, o los instrumentos en la orquesta deben tocar más fuerte o más suave. Si necesitaban más tiempo para respirar, trataba de darles gusto. Siempre he pensado que mi obligación es facilitar el camino para los cantantes y trato de aliviar las asperezas, haciendo el camino más fácil, sin necesidad de distorsionar la voluntad del compositor y eso es lo que trato de hacer.
.
¿Qué consejo le darías a algún cantante que esté cantando fuera de su extensión o tesitura, mientras él ó ella piensa que lo está haciendo bien?
Siempre he pensado que mi deber es ser honesto con los cantantes y no dudar en decirles que no deberían cantar èste o èse papel y también advertirles del peligro que corren al interpretar un rol que no les va, etc. A veces los cantantes trabajan con profesores y repasadores que no les dicen la verdad y solamente tratan de halagarlos, disfrazando una realidad, sin ser leales.
.
También ocurre que algunos cantantes no quieren escuchar una crítica constructiva, pero eso es problema de ellos. ¡Yo he cumplido mi misión!
.
Los más jóvenes especialmente, escuchan demasiadas grabaciones y conciben falsos requisitos para interpretar dicho papel. Deben pensar lo siguiente: ¿Qué tan grande es la orquesta? ¿De cuánto tiempo se dispone entre escena y escena? ¿Cuándo se debe dar más y cuándo menos?
.
¿Cómo debe ser la actuación? ¿Tengo la suficiente energía para desempeñar dicho papel? Solamente se pueden aprender estas cosas estudiando el libreto a cabalidad y viendo producciones en vivo, que siempre son diferentes a las grabaciones. Nuevamente hay que pensar: ¿Tengo la personalidad y presencia física para llenar los requisitos de este papel?, especialmente si se trata del papel estelar. Por lo general le digo a mis alumnos que si vas a interpretar el titular de la ópera, tienes mayor responsabilidad que los demás intérpretes, pues en tí recae el mayor interés del público. Debes ser brutalmente franco contigo mismo. Tienes que cantar la ópera completa para empezar a darte cuenta si es lo que te conviene. Hay altibajos, por cierto, pero también maneras como acomodarlo a que te quede bien, que indudablemente, no es lo ideal, y no es ideal porque al final algo puede salir mal. Sabrás si el rol te queda bien, cuando escuches a tu voz. Ella te dirá si te conviene o no.
.
¿Que diferencia existe entre los antiguos cantantes de la Edad de Oro de la Ópera y los cantantes emergentes del presente? ¿Es la misma técnica vocal y proyección de la voz?
La principal diferencia son los viajes y como funciona el mundo de hoy. Todo sucede en forma muy rápida: la gente quiere una comunicación inmediata, una satisfacción inmediata, etc. El entrenamiento requiere de tiempo para poder desarrollar el talento de un gran artista. Querer abarcar demasiado no es conveniente y la actuación demasiado seguida también es perjudicial. El cantante de ópera proyecta su voz por encima de una orquesta, en un teatro sin amplificación, lo que exige enorme fortaleza y energía física. Se debe descansar, meditar, comer bien y mantener siempre una mente positiva.
.
Los cantantes del ayer tenían más tiempo para preparar sus papeles y no cantaban tan a menudo, especialmente porque no existían tantas casas de ópera como ahora. También quiero agregar, sin hablar mal de mis colegas, pero las orquestas tocan más fuerte en estos días. Ahora muchos directores de orquesta piensan sinfónicamente, en vez de considerar la orquesta como un acompañamiento a los cantantes. Como el gran Erich Leinsdorf, antiguo director de la Sinfónica de Boston, una vez me dijera: las orquestas en una época eran simplemente observadoras, pero ahora son participantes.
.
¿Podrías describir la producción de una ópera de principio a fin, incluyendo como seleccionar los cantantes?
Existen diferentes criterios: a veces un cantante se acerca y te dice que quiere cantar cierto papel, en otras ocasiones puedes analizar el repertorio de la compañía de ópera y tratar de lograr un balance, teniendo en cuenta los gustos y no gustos del público en general. Siempre pienso que debería haber algo rutinario o serio, algo cómico o ligero y algo también que sirva para instruir al público. Esto último debe hacerse con mucho cuidado, porque también se puede ahuyentar al público, si se hace mal. A veces tienes en cuenta un cantante en especial y te gustaría seleccionar una ópera que le calce bien. En otras ocasiones escoges primero la ópera y luego los cantantes pertinentes. Si estás a cargo del casting, debes conocer bien la ópera. Algunos papeles necesitan voces bellas, otros puede que no requieran tanta hermosura. A veces se necesita un mejor actor que cantante, o al revés, un mejor cantante que actor. Ésto lo debes saber bien. También debes poner gran énfasis en la selección de los cantantes secundarios. Luego combinas el equipo artístico y de producción, junto con el regista o director de escena, director de orquesta, diseñador de escena y vestuario, pelucas y maquillaje. Una vez todo esto puesto en orden, estás listo para empezar la producción.
.
¿Estás satisfecho de haberle dedicado tu vida a la ópera?
Me acaban de hacer esta misma pregunta al final de una charla que dí hace poco en una universidad local. Ahora soy catedrático, pero sigo dirigiendo orquestas y enseñando a futuros conductores. No habría escogido ninguna otra carrera para nada y todavía me llueven las oportunidades. Pienso que era mi destino. Es la música la que todavía me proporciona la mayor satisfacción y no hay nada que yo prefiera más.