Bajo la Lupa: Entrevista a Daniela Bouret
Entrevista a Daniela Bouret, Directora General del Teatro Solís de Montevideo.
Por Ximena Sepúlveda
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Daniela Bouret Vespa es la Directora General del Teatro Solís. Anteriormente fue Directora de Desarrollo Institucional durante la reapertura del Teatro Solís desde enero del 2004 a octubre 2011. Integra el Directorio de Ópera Latinoamérica desde el 2015 y es Docente Universitaria en FHCE-UDELAR en Historia y Gestión Cultural.
Autora de múltiples libros, artículos y publicaciones, entre los que se destacan: “Diseño Teatral en el Uruguay, La escenografía desde la experiencia» (2016) ; “Dibujar el Escenario, Miradas en torno a bocetos de escenografías de la Comedia Nacional entre 1948 y 1995”, con Gonzalo Vicci; “Escenas de la vida cotidiana en el siglo XX. El nacimiento de la sociedad de masas” (2009) en coautoría con Gustavo Remedi y “Teatro Solís. 150 años de historias desde el escenario” (2006).
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Ha recibido diversos reconocimientos como el Premio Cámara del Libro y Legionaria del Libro, Reconocimiento de ONU Mujeres, Mujer del año. Integró diversos jurados, ha realizado varias curadurías en diversos Museos y centros culturales y ha sido panelista invitada en Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México, Costa Rica, Estados Unidos, Francia y España.
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¿Cómo se inició la ópera en Uruguay?
La opera en Uruguay tiene origenes muy tempranos, durante el período colonial se realizaban en la Casa de Comedias. Con una fuerte matriz de inmigración italiana en nuestra población, Uruguay recibe durante el siglo XIX y XX compañías y artistas internacionales en un circuito que conecta Montevideo con Buenos Aires, Santiago de Chile y Brasil. El Teatro Solís se inauguró en 1856 con la ópera Ernani de Verdi, por la Compañia Sofía Vera-Lorini, que también en ese mismo viaje al Río de la Plata actuó en otros teatros de Montevideo. Este principal escenario recibió a lo largo de cada temporada figuras como Enrico Caruso, Titta Rufo, Tito Schipa, María Barrientos, Adelina Patti, Luisa Tetrazzini entre otras, con puestas en escenas livianas, fáciles de trasladar, posibilitando que también se presentan en el interior de Uruguay en teatros del litoral del país. En el período de industrialización nacional (1870-1930), es el período de la modernización, donde también se debate sobre la identidad nacional. Este tema tiene un correlato en las artes que se plasma en la pintura a través de la obra de Juan Manuel Blanes, en la poesía con Zorrilla de San Martín y en la lírica con la primer ópera uruguaya La Parisina, en 1878 de Tomás Giribaldi, iniciando un camino de búsqueda de una mirada nacional sobre el género que culmina, por ahora, en el 2013 con la última ópera escrita y presentada en Uruguay por Federico García Vigil, en el Teatro Solís.
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¿Reciben ayuda del gobierno?
Es que la Ópera es impensable concebirla fuera de una política cultural pública. El Teatro Solís es un teatro público de la Intendencia de Montevideo, que tiene su presupuesto de funcionamiento totalmente público, así como elencos de música y teatro (Orquesta Filarmónica de Montevideo, Banda Sinfónica de Montevideo y Comedia Nacional). Hacer una ópera supone una inversión muy grande tanto en escenografías, vestuarios, diseños, artistas y hasta derechos de autor que en nuestro país se pagan. Por eso hay también varias empresas públicas y privadas que apoyan para que cada año se pueda realizar una Temporada de Ópera en el Teatro Solís.
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¿Tienen ópera todo el año o solamente una temporada?
La Temporada de Ópera está pensada generalmente con dos títulos grandes a presentarse durante los meses de agosto y setiembre, inaugura un poco antes con una gala lírica o, como en este año, con una propuesta de semi stage. Estamos culminando a fin de año con una Zarzuela a cargo de la Banda Sinfónica de Montevideo. Pero a lo largo del año también tenemos proyecciones en alta definición en directo de la Temporada del MET del Lincoln Center, que se presentan los sábados en la Sala Principal al medio día.
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¿Con cuánta anticipación programan la temporada y como se integra la unidad ejecutora?
La Temporada de Ópera depende del Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo y su director artístico es el Maestro Martín Jorge, quien es el Director de la Banda Sinfónica de Montevideo. Hemos generado una “mesa de ópera” con integrantes de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, el Departamento de Cultura, y equipo de nuestro Teatro Solís. Estamos trabajando para poder proyectar las Temporadas con mayor tiempo que un año, que es lo usual actualmente.
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Muchos cantantes líricos también se dedican a cantar tangos. ¿A qué atribuyes esta circunstancia?
El tango está declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco, promovido por las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, por lo que creo que es una tentación y gusto para muchos artistas, pero que también es un tema delicado porque puede influir en su perfil lírico.
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¿Hay suficiente entusiasmo por la ópera para poder llenar el teatro a capacidad?
El consumo cultural es un proceso en el cual que se realizan apropiación y usos según los saberes, capital cultural, intercambios culturales y las prácticas que definen identidades. Se está produciendo un consumo cada vez mas domestico y tecnológico de la cultura, con lo cual hay que generar estrategias de implicación de públicos y de desarrollo de audiencias, además de las tradicionales campañas de comunicación o estrategias de marketing. Porque el consumo de cultura no tiene que ver solo con los precios o las distancias (que también importan), sino con las barreras simbólicas y la auto exclusión. Solo viviendo la experiencia de asistir a un espectáculo en vivo, puede adquirirse un habito y un gusto por las artes. Y esto no lo hacemos con un evento, se requiere una programación sistemática, abierta y no sólo en una sala. Por eso generamos también charlas, exposiciones, conferencias; por eso también nos importa que en salas como el Auditorio del Sodre, también haya espacio para este género, así como impulsar el circuito de escuelas, críticos, medios de comunicación, especialistas, técnicos, reconocimientos.
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¿Hay afición a la ópera entre la juventud uruguaya?
Uruguay tiene una población envejecida. Si bien tenemos lo que se llama Tarjeta Joven que va dirigida a menores de 29 años, el concepto de jóven está un poco corrido porque tenemos un país con una pirámide etárea totalmente inversa a la del resto de América Latina. El público de ópera es en su mayoría mayor, hay un predominio de mujeres, cosa que no escapa a las generales de las conclusiones de las encuestas de consumo cultural de las metrópolis, en grandes rasgos.
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En el repertorio operístico, ¿le dan preferencia a las óperas más conocidas o también producen nuevas puestas en escena y en qué forma?
Estamos intentando generar temporadas donde un primer título sea de los más conocidos del repertorio operístico internacional, porque son clásicos que también cada generación tiene que ver, que proponga nuevas preguntas en la puesta en escena. Y estos títulos van acompañados de una ópera menos conocida, con menos representaciones en nuestra escena, más contemporánea. También buscamos alternancia entre artistas nacionales e invitados internacionales, estéticas innovadoras y de calidad, además de adecuar las propuestas a nuestras capacidades locativas, técnicas y presupuestarias. Este año, y si bien está fuera de temporada, tendremos en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís una opera contemporánea a cargo de una joven artista -Juanita Fernández- que será un estreno y nos genera mucha ilusión.
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¿Cómo te defines tú dentro de la ópera?
Yo dirijo un teatro público del gobierno de la ciudad, con el compromiso de generar las mejores condiciones de recepción para los diversos públicos, de ofrecer una programación variada, de calidad, abierta a todas las orientaciones estéticas que delineamos con el asesoramiento de un Consejo Artístico Asesor. En ese sentido la opera es una parte importante de nuestra temporada y constituye un género que nos implica a todo el equipo del teatro, nos genera una gran emoción y expectativa, que supone poner al máximo las capacidades, habilidades y profesionalismo durante un largo periodo para ofrecer tres o cuatro funciones para la ciudad en cada título. Vengo de las ciencias sociales como formación y si bien hace ya 22 años que trabajo en las artes profesionalmente incluso integro el directorio del OLA, siempre me siento un poco outsider con la ópera o, visto desde otro lado, soy una trabajadora de la cultura que pone lo mejor para hacer posible el hecho artístico e integro, a la vez, ese público entusiasta que se emociona en cada función.