En el marco de los 500 años de Resistencia Indígena, la Ópera de Bellas Artes presenta «Montezuma», de Carl Heinrich Graun
Se ofrecerán cuatro funciones los días 23, 26 y 28 de septiembre, y 3 de octubre.
La Compañía Nacional de Ópera presentará, en formato semi-escenificado, una nueva producción de Montezuma, de Carl Heinrich Graun. Con este título se ofrece al público la primera obra operística desde el inicio de la pandemia, en el Palacio de Bellas Artes. La última vez que fue escenificada en el Palacio de Bellas Artes, fue en el año 1992; en esta ocasión regresa a este recinto con motivo de la conmemoración por los 500 años de resistencia indígena, México-Tenochtitlan.
Montezuma es una tragedia musical en tres actos, con música de Carl Heinrich Graun (1704-1759) y libreto en italiano por Giampietro Tagliazucchi, del original en francés escrito por el rey Federico II de Prusia, quien fue mecenas del compositor.
Fue estrenada el 6 de enero de 1755 en la Ópera Real de Berlín, “por orden de su majestad real”, Federico II de Prusia, “el Grande”, quien tuvo una gran influencia en la creación operística del compositor, además de escribir los libretos de varias de las óperas compuestas en su corte.
Montezuma es una obra mítica. Como muchas otras escritas en el siglo XVIII sobre el llamado “Nuevo Mundo”, el libreto está escrito conforme a los cánones de la época, en los que predominaban las historias con ingredientes idílicos e intrigas, en las que convivían por igual personajes verdaderos con ficticios, dando lugar en muchas ocasiones a historias que deben leerse como obras artísticas relativas a ese específico momento histórico.
Con una partitura musical de gran valía, el Montezuma de Graun permite leer la empatía que Federico II tenía hacia el emperador azteca Moctezuma II (Montezuma, en su obra). Al mismo tiempo, queda manifiesto el rechazo que sentía hacia Cortés y la corona española. En una carta escrita al conde Francesco Algarotti, a propósito de la escritura de su libreto, señala: “Tú sabes, por supuesto, que estaré de parte de Montezuma y que Cortés será el tirano”. De acuerdo con la directora de escena de esta producción, Ruby Tagle, éste es el punto de partida de su propuesta: “Cortés se identifica con Montezuma y sueña la grandeza del emperador azteca, viéndose a sí mismo en él”.
Escrita originalmente para cantantes castrati, en la época contemporánea se ha optado por diferentes integraciones del reparto. La más recurrente es la que conjunta cantantes mayoritariamente femeninas, para sustituir a los solistas emasculados de la versión original. Para Iván López Reynoso, director concertador, el criterio ha sido la definición de los colores de cada una de las voces y los personajes, “para aprovechar la riqueza de matices contenidos en la partitura musical”.
La anécdota de la ópera presenta a Montezuma, quien recibe la noticia de la llegada de los españoles. Próximo a contraer nupcias con Eupafórice, da la bienvenida a los extranjeros y los invita a su boda, a pesar de las dudas de su prometida. Los españoles toman ventaja del diligente recibimiento y aprisionan a Montezuma, a quien mantienen encadenado en su palacio. Cortés le ofrece salvar su vida si abandona a sus dioses, el poder político y la mano de Eupafórice, en quien el conquistador tiene interés. Montezuma se niega a la demanda del intruso y se entrega a su fatal destino. Eupafórice muestra su completo rechazo y desprecio a Cortés y se quita la vida, hundiendo un puñal en su propio pecho. Al fondo, la ciudad arde en llamas mientras es saqueada por los soldados españoles.
El reparto está integrado por la mezzosoprano Guadalupe Paz en el papel protagónico de Montezuma, “emperador de México”; la soprano Karen Gardeazábal interpretará a Eupaforice, “reina de Tlaxcala, prometida de Montezuma”; el tenor Jesús León cantará el personaje de Ferdinando Cortés, “comandante de los españoles”; María Caballero, como Tezeuco, “oficial de la corona imperial”; Akemi Endo será Pilpatoé, “general imperial”; Arisbé de la Barrera, representará a Erissena, “confidente de la reina” y el tenor Enrique Guzmán como Narvès, “capitán español”. Por su parte, Carlos Aransay es el director huésped del Coro, todos ellos, conjuntamente con la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, se presentan bajo la batuta concertadora de Iván López Reynoso.
El equipo creativo de esta versión semi-escenificada incluye a Ruby Tagle en la dirección de escena, Jesús Hernández en el diseño y realización de la escenografía y la iluminación; Carlo Demichelis es el encargado del vestuario, Cinthia Muñoz diseña y realiza el maquillaje y la peluquería.
Se presentarán cuatro funciones, los días 23, 26 y 28 de septiembre y el 3 de octubre, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Como medidas sanitarias para la realización de estas funciones, todos los participantes se han sometido a los protocolos que el Palacio de Bellas Artes tiene establecidos para el uso de sus instalaciones. Tales medidas incluyen el uso de cubrebocas, escudos acrílicos y pruebas PCR para los solistas.
Como parte de los cuidados establecidos por el recinto, se considera una ocupación del 30% en las secciones de luneta y anfiteatro. Las funciones tendrán una duración aproximada de una hora 45 minutos sin intermedio. Habrá filtros sanitarios en todas las entradas, tanto para artistas y personal del INBAL, como para el público. Se solicitará al público asistente el uso permanente de cubrebocas y evitar aglomeraciones dentro de las instalaciones. El programa de mano estará disponible a través de un código QR en la entrada del inmueble.