Theatro São Pedro presenta las óperas «Una Ronda de Bridge» y «El Laberinto»

Theatro São Pedro presenta las óperas «Una Ronda de Bridge» y «El Laberinto»

Las obras Una Ronda de Bridge de Samuel Barber y El Laberinto Gian Carlo Menotti serán interpretadas por la Academia de Ópera y la Orquesta Joven del Theatro São Pedro, bajo la dirección musical de André Dos Santos y la dirección escénica de João Malatian, los días 7, 8, 9 y 10 de noviembre.

 

En noviembre, la temporada lírica del Theatro São Pedro, institución dependiente de la Secretaría de Cultura, Economía e Industria Creativas del Estado de São Paulo y gestionada por Santa Marcelina Cultura, presenta dos nuevas producciones con los dos grupos de formación vinculados al teatro: la Academia de Ópera y la Orquesta Joven del Theatro São Pedro.

 

Los días 7, 8, 9 y 10 de noviembre (jueves a sábado, 20:00 horas, y domingo a las 17:00 horas) se presentarán las obras Una Ronda de Bridge del compositor estadounidense Samuel Barber (1910-1981) y El Laberinto del compositor italiano Gian Carlo Menotti (1911-2007). Las producciones estarán bajo la dirección musical de André Dos Santos, la dirección escénica de João Malatian, la escenografía y el vestuario de Giorgia Massetani, la iluminación de Kuka Batista y el visagismo de Malonna.

 

Para Malatian, estas producciones presentan desafíos diferentes. Una Ronda de Bridge —que dura aproximadamente 10 minutos, el tiempo de una ronda del juego— fue escrita por Samuel Barber y cuenta con un elenco reducido de cuatro solistas. “Trata sobre el mundo interior de dos parejas de amigos que juegan bridge a diario. Durante esta monótona rutina, los pensamientos íntimos de cada jugador surgen a través de sus arias, revelando sus carencias afectivas”, explica el director escénico.

 

Foto: Íris Zanetti.

 

Según él, entender la relación entre el juego, los símbolos de las cartas, y los sentimientos de cada personaje fue el punto de partida para explorar una interpretación viva y potente de esta ópera, en la que los personajes Sally, Bill, Geraldine y David no logran salir de la “prisión” de este juego, que es una metáfora de sus vidas infelices.

 

La segunda ópera de la noche, El Laberinto, un enigma operístico, fue escrita por Menotti exclusivamente para ser transmitida por televisión, encargada por la cadena NBC en 1963. El compositor decía que la obra era un “enigma operístico, más enigma que ópera” y que su trama, considerada surrealista en su tiempo, en realidad está llena de significados y simbolismos.

 

Malatian destaca que la ópera fue montada utilizando recursos pioneros de edición de video de la época, con la inserción de escenarios y elementos virtuales que se harían comunes en los años siguientes. “Traer esta obra al escenario nos obligó también a usar videos que transforman el laberinto de pasillos de un hotel siniestro en ambientes completamente dispares, como el interior de una nave espacial, las arenas de una playa o una tormenta en alta mar. Más larga que la primera, con una duración aproximada de 50 minutos, El Laberinto trata sobre la frenética búsqueda de una joven pareja recién casada por su habitación nupcial, que nunca es encontrada. Recibir la llave al final simboliza no solo el fin de esta búsqueda, sino también el fin de la vida de los novios”, argumenta.

 

Foto: Íris Zanetti.

 

Sobre el escenario, el director escénico señala que la inspiración proviene del expresionismo alemán, con ángulos exagerados que crean un ambiente a la vez lúdico y siniestro, con puertas que no son puertas, pasajes que siempre conducen al mismo lugar y que refuerzan la situación claustrofóbica de la joven pareja.

 

“Partiendo del carácter ilógico y metafórico del libreto, busqué resaltar los diferentes climas en cada paso de esta misteriosa búsqueda por un final feliz. El público verá un espectáculo conciso, pero lleno de personajes intrigantes y situaciones que sorprenderán a todos. Las dos óperas tienen el libreto escrito por Menotti, quien también dirigió la producción televisiva de El Laberinto. El primer título, más lírico, y el segundo, más tragicómico, dicen mucho sobre nuestras cuestiones existenciales actuales”, dice Malatian.